Tengo una alerta de Google para la palabra caballerosidad, y no pasa un día en que no reciba varios artículos sobre ese tópico. Estos artículos aparecen ligeramente sesgados hacia el tema de “la caballerosidad está muerta en los hombres”, seguidos de un número razonable de otros que dicen que “la caballerosidad está viva y bien” – los últimos son porque hay algún hombre, en alguna parte, arriesgó su vida, sus extremidades o dinero para servir al bienestar inmediato de una mujer.
Estén seguros de que la caballerosidad mostrada por hombres individuales está en declive, y las mujeres, los hombres el gobierno y los medios de prensa denuncia esta devolución con una sola voz: Los hombres se están convirtiendo en cerdos egoístas. los MRAs y los MGTOW elijen sumariarlo en forma diferente: los hombres están cansados de ser explotados y han elegido remover el desinterés innecesario.
La caballerosidad está documentada en manuales de etiqueta de siglos pasados explicando cómo un hombre debe sacarse su sombrero en presencia de una mujer, tomar su mano, abrir puertas, comprarle regalos y ayudarla en una multitud de formas. El mensaje es que estos gestos de deferencia a la superioridad de las mujeres:
“Si ves a una dama a quien no conozcas, que esté sin atención y quien desee la ayuda de un hombre, ofrécele tus servicios inmediatamente. Hazlo con gran cortesía, quitándote su sombrero y suplicando por el honor de ayudarla.” [Gynocentric etiquette for men – 1847]
“En el curso familiar de una sociedad, un hombre bien criado va a ser conocido por la delicadeza y deferencia con la cual se comporta con las mujeres. Que un hombre merezca ser mirado como alguien muy deficiente en cuanto a respeto, quien tome ventaja física de algún miembro del sexo débil, o quien ofrezca algún desliz hacia ella. Las mujeres buscan con razón, la protección de un hombre. Es la providencia del marido proteger a su esposa de cualquier herida; del padre proteger a su hija; del hermano tiene el mismo deber hacia su hermana; y en general, cada hombre debería, en este sentido, ser el campeón y amar a cada mujer. No sólo él debería estar listo para proteger, sino que debe estar deseoso de complacer y estar dispuesto a sacrificar gran parte de su comodidad personal si al hacerlo él puede incrementar la comodidad de cualquier mujer que se encuentre en su compañía. Poniendo estos principios en práctica, un hombre bien criado, en su propia casa, va a ser amable y respetuoso de su comportamiento con cada mujer en su familia. Él no va a usar lenguaje soez incluso si es para expresar insatisfacción sobre la conducta de ellas. Durante la conversación, él se va a abstener de cualquier tipo de alusión que sonroje la modestia. Él va, tanto como pueda, ayudar al trabajo de ella con asistencia voluntaria y alegre. Él va a conceder a ellas cada pequeña ventaja que pueda ocurrir en la vida doméstica:- el asiento más cómodo, si hay una diferencia; él lugar más cómodo cerca de la fogata en invierno; y cosas así.” [Gynocentric etiquette for men – 1847]
“Siempre debes de tener en cuenta el supuesto de que la superioridad social de la mujer yace en la raíz de estas reglas de conducta.” [Gynocentric etiquette for men – 1847]
Una razón para el declive de la caballerosidad masculina es que la recompensa se desvaneció. Las mujeres ya no reciprocan la caballerosidad vía gestos anticuados como cocinar, limpiar la casa, alabar y mostrar afecto, cosas que podrían haber ocurrido en la era de los comentarios que he mostrado. Hoy ni siquiera reciben el gracias… ¿alguien se pregunta el por qué los hombres ven a la caballerosidad como un mal trato? La comida, las flores, ser un esclavo en el trabajo, la deferencia es mejor gastada en uno mismo.
A pesar de que la preocupación sobre el declive de la caballerosidad, las mujeres parecen estar haciéndolo muy bien ellas solas: están bien provistas de bienes materiales, muestran cada vez más libertad corporal y orgullo por sus cuerpos y su entrada en la fuerza laboral y las carreras es algo sin precedente. La sociedad continúa consintiéndolas como siempre – o a veces más.
Lo que uno podría preguntarse sobre este hecho es que si la caballerosidad meramente da la apariencia de estar en declive ¿y si las mujeres la están recibiendo de otra fuente? Mi observación – obvia para muchos en este movimiento es que han logrado una nueva y rica fuente de caballerosidad.
Del Esposo Sam al Tío Sam
Este es el titular de un capítulo del libro del Dr Warren Farrell, el Mito del Poder Masculino, donde él describe como los hombres se han esforzado tradicionalmente para que el gobierno, centrado en las mujeres, actúe como agentes proxy en la esfera política. Este comportamiento, explica Farrell, está basado en la tradición caballerosa de que los hombres sirvan a las necesidades de las mujeres. El siguiente pasaje del libro de Farrell, explica este fenómeno:
“¿Acaso el hecho de que la mayoría de los legisladores sean hombres prueba de que los hombres están a cargo y pueden elegir si y cuando proteger los intereses de las mujeres? En teoría, si. Pero hablando en la práctica del sistema legal americano no puede ser separado del votante. Y en las elecciones presidenciales de 1992, el 54 por ciento de los votantes eran mujeres, el 46 por ciento eran hombres. (las mujeres que votan superan a los hombres por más de 7 millones). En general, un legislador es para un votante lo que un chofer es para un jefe – ambos dan la apariencia de estar a cargo pero ambos pueden ser despedidos si no van a donde se les dice. Cuando los legisladores no dan la apariencia de proteger a las mujeres, es casi siempre porque las mujeres difieren en cuanto a lo que constituye protección. (Por ejemplo, las mujeres votaron casi igualmente por Republicanos y Demócratas durante la combinación de las cuatro elecciones previas a Clinton).”
El Gobierno como Esposo Substituto hico para las mujeres lo que los sindicatos aún no han logrado para los hombres. Y los hombres pagan el precio por los sindicatos; los contribuyentes pagan el precio por el feminismo. El feminismo y el gobierno pronto se convertirán en sindicatos pagados para las mujeres. Los partidos políticos se han convertido en dos padres en una batalla por la custodia, cada uno compitiendo por el amor de su hija al prometerle hacer más cosas por ella. ¿Qué tan destructivo es esto para las mujeres? Hemos restringido a los humanos de darle comida “gratis” a los delfines y osos porque sabemos que semejante alimentación los haría dependientes y los llevaría a su extinción. Pero cuando se trata de nuestra propia especia, tenemos dificultad al ver la conexión entre gentileza al corto plazo y crueldad al largo plazo: le damos dinero a las mujeres para que tengan más niños, haciéndolas más dependientes con cada niño y las desinsentivamos para que desarrollen las herramientas para que se mantengan solas. La verdadera discriminación contra las mujeres es “comida gratis”.
Irónicamente, cuando los partidos políticos o padres compiten por el amor de las mujeres al competir por darles cariño, el resultado no es gratitud sino que se crean con derecho a más. Y el resultado no va a ser gratitud, porque el partido político, al igual que el padre necesitado se vuelve inconscientemente dependiente de mantener a la mujer dependiente. Lo cual convierte a la mujer en “el otro” – la persona al a cual le dan, no participación igualitaria. En el proceso, falla en hacer el trabajo de cada padre y cada partido político – criar a un adulto y no mantener a una niña.
Pero aquí está el problema. Cuando una niña que se cree con derecho a privilegios tiene la mayoría de los votos, el problema ya no es si hay un patriarcado o un matriarcado – tenemos un victimarcado. Y las mujeres-como-niñas quienes genuinamente se sienten como víctimas porque nunca aprenden a obtener todo por sí mismas aprenden a esperar que se los den. Bueno, ella aprende a obtenerlo por ella misma al decir “es el derecho de una mujer” – pero ella no siente la maestría que se genera de una vida de hacer las cosas por sí sola. E incluso cuando una cuota incluye a ella en el proceso de tomar una decisión, ella sigue estando enojada con el “gobierno dominado por hombres” porque ella siente que la condescendencia de haberle dado “igualdad” y la contradicción de que le dieron igualdad. Ella es todavía “el otro”. Entonces, con la mayoría de los votos, ella está controlando el sistema y al mismo tiempo está enojada con el sistema”. [The Myth of Male Power]
¿Necesitamos todavía más evidencia de “qué le pasó a la caballerosidad”? No sólo tenemos políticos quienes se han apoderado de la satisfacción caballerosa de las damas, parece ser que la izquierda y también la derecha política están compitiendo por el privilegio de servirlas. Esto lo puedo entender…¿ de qué otra forma los elijen?
John Stuart Mill, un campeón del feminismo, motivó a cambiar la responsabilidad de la caballerosidad de las manos de cada hombre hacia las manos del marco legislativo del gobierno, argumentando que la caballerosidad no es siempre confiable y que debe dar cabida a algo más confiable, protección forzada por el estado y benevolencia hacia las mujeres. Él escribe:
“Desde la combinación de dos tipos de influencia moral ejercida por mujeres, nació el espíritu de la caballerosidad: la peculiaridad que está apuntada a los más estándares de características de guerra con la cultivación de unas virtudes totalmente diferentes – las de gentileza, generosidad y abnegación motivada por uno mismo hacia las clases no militares e indefensas generalmente, y en especial sumisión y adoración dirigida hacia las mujeres: quienes fueron distinguidas de las otras clases indefensas por las altas recompensas las cuales tenían en su poder voluntariamente para ungir en aquellos quienes se han esforzado para ganar sus favores, en lugar de exhortar su impotencia…
Los fundamentos de esta vida moral en los tiempos modernos debe ser la justicia y la prudencia; el respeto a los derechos de todos y la habilidad de cada uno para cuidar de si mismo. La caballerosidad se fue sin registros legales para todas las formas del mal en la cual reinó sin castigo a través de la sociedad; sólo incentivó a unos cuantos a tomar la preferencia a lo malo, al dirigirlo le dio los instrumentos de alabanza y admiración. pero la dependencia real de la moralidad siempre debe estar en las sanciones penales – su poder para disuadir del mal. La seguridad de la sociedad no puede descansar solamente en rendir honor a lo bueno, un motivo comparativamente débil en todos, salvo unos cuantos y en los cuales muchos no operan en los absoluto. [J. S. Mill: The Subjection of Women – 1869]
Ernest B Bax confirma que el comportamiento caballeroso de la izquierda y la derecha política eran en realidad, por sugerencia de Mill, muy encaminadas para el año 1907:
“Todos los partidos, todo tipo de condiciones de políticos, desde los que están a la moda y son conservadores occidentales, los filántropos hasta los clubes radicales de hombres trabajadores, parecen (o parecían hasta hace poco) que se han convertido en una conclusión unánime en un punto – para engañar que el sexo femenino está sufriendo bajo el peso de la opresión masculina.” [Essays: New & Old (1907), pp.108-119]
El feminismo recibe su fuerza de la caballerosidad, pero en lugar de solicitar caballerocidad de los hombres en la forma tradicional e interpersonal ha aprendido a obtenerla únicamente del gobierno – al mantener al gobierno secuestrado gracias a la sufragistas ganando el voto para las mujeres ginocéntricas.
En lugar de los hombres cediendo sus asientos en los buses, el gobierno ahora provee asientos en asambleas legislativas y en mesas de directorio vía cuotas. En lugar de los hombres abriendo puertas de carros para las mujeres, el gobierno le abre las puertas a las mujeres en las universidades y en los trabajos a través de la acción afirmativa. En lugar de que los hombres sean los únicos protectores de las mujeres en cuanto a violencia, el gobierno ahora las protege con un ejército de policías quienes reciben entrenamiento especial para servir a las acusaciones de las mujeres (o incluso y por sobre crímenes serios). En lugar de que los hombres provean los gastos para el día a día, el gobierno ahora provee beneficios sociales y compensaciones por la “brecha salarial”. Etc…. el gobierno es el esposo substituto.
Todo esto complementa la presión del feminismo a la izquierda y la derecha hacia un liderazgo caballeroso. La única diferencia entre los dos lados de la política es que la izquierda es más psicópata en su entrega de las reglas caballerosas – y la derecha es más heroica en su entrega de la caballerosidad. El mismo ginocentrismo, pero caballero diferente.
Firmando el Consejo de la Casa Blanca para Mujeres y Niñas
La caballerosidad ginocéntrica fue una idea desequilibrada desde el principio. Los hombres ahora se están alejando de esa costumbre, y podemos añorar por la época en la cual ambos lados de la política hagan lo mismo. Tal vez cuando el creciente ejercito de herbívoros genere un colapso en los ingresos entonces ellas verán la luz. Hasta entonces, no les demos un pase a las feministas en su declaración de que ellas no quieren caballerosidad… ellas simplemente encontraron una nueva fuente.
http://www.avoiceformen.com/misandry/chivalry/what-ever-happened-to-chivalry/
Saludos! Acabo de descubrir tu blog y me parece muy interesante. Llevaba tiempo sin entrar aquí y la verdad es que he encontrado muchos autores nuevos sobre Mgtow. El problema que veo es que no hay un lugar único, sino que estamos dispersos, diseminados por un montón de redes sociales… El gigante al que nos enfrentamos es muy poderoso y creo que deberíamos hacer una especie de “manosfera” virtual.
Ojalá poco a poco esto avance, muchas gracias y ya te sigo!
Un saludo!